Mi niña Luna, llegaste a casa hace casi 16 años hecha una cachorra con un gran lazo amarillo que era más grande que tu. Desde entonces siempre nos has acompañado y ahora tenemos un vacío. Te echamos mucho de menos pero siempre estarás en nuestros corazones y en nuestros recuerdos.
Nunca te olvidaremos.
Siempre tendremos el parque que nos vio crecer juntas y esos desayunos a medias.
Te queremos. Te quiero.
De todos, un beso grande.