Eli, nunca olvidaré el día que llegaste a casa metida en una cestita; eras muy pequeñita. Todos estábamos muy contentos de tu llegada a la casa. Fuiste el regalo de cumpleaños de Mabi. Recuerdo que ella enseguida te cogió en sus brazos y todos decíamos, "lo bonita y pequeña que eras". Siempre has sido una gatita negra preciosa, y tu miau siempre ha sido inconfundible "súper-dulce".

Cuando entro por la mañana a la cocina, y estoy tomándome el café, miro a la pared y te veo ahí, como siempre en el cuadro; vigilando todo lo que ocurre en la cocina, con tu mirada particular.

Hay momentos en lo que miro al patio y es como si te estuviera viendo. Como siempre subida a la mesa y durmiendo plácidamente. Siempre has sido una gata muy buena y tranquila.

Eli, hace seis días que nos dejaste, pero siempre estarás presente en mi corazón. Gracias por los nueve años que me has dado, me dejas cantidad de bonitos recuerdos que siempre quedarán en mi corazón. Me hubiera gustado estar más tiempo contigo, pero la vida no lo ha querido así. Te cuidé lo mejor que pude y supe, la última decisión fue la más dura pero te merecías descansar sin sufrir.

Espero que en estos nueve años hayas sido feliz con nosotros. Gracias por todos estos años de felicidad y compañía junto a ti.